Había una vez un
niño que fue con su madre a comprar, cuando se estaba mirando al
espejo del vestuario vio que estaba doblado, fue a ponerlo bien y
cuando se dio cuanta, el niño se encontraba en un lugar sucio, con
ratas y animales como ratas y serpientes, empezó a dar vueltas,
observándolo todo, el niño con tan solo 11 años no sabia que se
encontraba en una estación de tren abandonada. Trepando llegó hasta
la puerta, creyéndose que como entró por ahí, también saldría
por ahí. Cuando fuel a salir la puerta pasó de estar encajada a
estar completamente cerrada. El niño se encontró atrapado en la
estación abandonada. Tan pequeño no era consciente de que se había
quedado atrapado.
El notaba como amanecía
y oscurecía, pensaba que los días pasaban y en cualquier momento
podría salir de ahí. Se hizo amiga de una serpiente y le contaba
todo lo que se le ocurría, le contaba cuentos todas las noches, le
contaba sus anécdotas del colegio, la chica que le gustaba, como
era, le contaba cosas sobre su familia...
Un día, cuando Javier
despertó, se encontró una llave tirada en el suelo, empezó a
buscar por toda la estación y encontró en el suelo una cerradura,
metió la llave y abrió una loseta, colgando de unas escaleras entró
en un sótano, salio por una puerta y se encontró en una casa, una
casa de una familia, paseo por donde podía y vio una familia
comiendo, los padres y dos hijos, parecía ser que ninguno le veía,
era como si no existiera, decidió volver, cuando llego otra vez a la
estación, se encontró algo nuevo, nada interesante, o eso pensaba
Javier, era una mochila, Javier, como si fuera un regalo, abrió la
mochila con entusiasmo y encontró otra llave que lo llevó hasta una
pieza del tren abandonado, lo abrió y encontró una carta que decía:
Hola, esta es la
estación de tren abandonada, si todavía estas aquí es porque no
puedes salir, si lo deseas, haz lo que pone en esta carta.
1.Intenta salir por
el hueco de la ventana y trepa hasta el techo.
Javier obedeció y cuando
llego al techo encontró otra carta diciendo que había superado la
primera prueba, solo le queda la segunda, luchar contra “su amiga
la serpiente”.
Volvió a entrar y se
encontró a la serpiente aumentada por lo menos 10 veces, y en la
mano de Javier una espada.
No se sabe como fue,
pero la serpiente quedo tumbada en el suelo, y en un abrir y cerrar
de ojos, Javier se encontró en el probador del vestuario, probándose
su camiseta de cuello alto, y con su madre a su lado, le dio un gran
abrazo, la madre no se lo esperaba.
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