domingo, 8 de junio de 2014

La estación abandonada


Había una vez un niño que fue con su madre a comprar, cuando se estaba mirando al espejo del vestuario vio que estaba doblado, fue a ponerlo bien y cuando se dio cuanta, el niño se encontraba en un lugar sucio, con ratas y animales como ratas y serpientes, empezó a dar vueltas, observándolo todo, el niño con tan solo 11 años no sabia que se encontraba en una estación de tren abandonada. Trepando llegó hasta la puerta, creyéndose que como entró por ahí, también saldría por ahí. Cuando fuel a salir la puerta pasó de estar encajada a estar completamente cerrada. El niño se encontró atrapado en la estación abandonada. Tan pequeño no era consciente de que se había quedado atrapado.
El notaba como amanecía y oscurecía, pensaba que los días pasaban y en cualquier momento podría salir de ahí. Se hizo amiga de una serpiente y le contaba todo lo que se le ocurría, le contaba cuentos todas las noches, le contaba sus anécdotas del colegio, la chica que le gustaba, como era, le contaba cosas sobre su familia...
Un día, cuando Javier despertó, se encontró una llave tirada en el suelo, empezó a buscar por toda la estación y encontró en el suelo una cerradura, metió la llave y abrió una loseta, colgando de unas escaleras entró en un sótano, salio por una puerta y se encontró en una casa, una casa de una familia, paseo por donde podía y vio una familia comiendo, los padres y dos hijos, parecía ser que ninguno le veía, era como si no existiera, decidió volver, cuando llego otra vez a la estación, se encontró algo nuevo, nada interesante, o eso pensaba Javier, era una mochila, Javier, como si fuera un regalo, abrió la mochila con entusiasmo y encontró otra llave que lo llevó hasta una pieza del tren abandonado, lo abrió y encontró una carta que decía:
Hola, esta es la estación de tren abandonada, si todavía estas aquí es porque no puedes salir, si lo deseas, haz lo que pone en esta carta.
1.Intenta salir por el hueco de la ventana y trepa hasta el techo.
Javier obedeció y cuando llego al techo encontró otra carta diciendo que había superado la primera prueba, solo le queda la segunda, luchar contra “su amiga la serpiente”.
Volvió a entrar y se encontró a la serpiente aumentada por lo menos 10 veces, y en la mano de Javier una espada.

 No se sabe como fue, pero la serpiente quedo tumbada en el suelo, y en un abrir y cerrar de ojos, Javier se encontró en el probador del vestuario, probándose su camiseta de cuello alto, y con su madre a su lado, le dio un gran abrazo, la madre no se lo esperaba.

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